Tag Archive: Dita


Espacio profundo IV

Vandread

¡Quisiera ser pirata!

Vandread
Tercia de Reinas

Espacio profundo III

Dita Liebely

Inocente y sexy

Dita
Sensual pirata
Vandread

La tripulación del Nirvana

¿Qué pasa cuando un maligno y egocéntrico poder decide separar a hombres y mujeres y colocarlos en planetas separados, pero vecinos?

¿Qué pasa cuando un grupo de piratas espaciales se interpone en una batalla entre mujeres y hombres en un lejano rincón del universo?

¿Qué pasa cuando los piratas son únicamente mujeres que sólo ven a los hombres como enemigos mortales?

¿Qué pasa cuando tres hombres que sólo ven a las mujeres como enemigas mortales quedan atrapados dentro de una nave con un grupo de ellas en el borde más lejano del universo?

Muchas preguntas, una sola respuesta: Vandread.

Dita

Dita Liebely

La serie de manga y ánime creada en el año 2000 comienza cuando la nave pirata Nirvana se ve atrapada en medio de una de las inumerables batallas entre los planetas Taraak y Mejere, el primero habitado únicamente por hombres y el segundo por mujeres, quienes consideran ser no solamente de especies diferentes sino enemigos mortales, sin saber que en realidad forman parte de una sola especie, la humana, que desde su base en la Tierra ha logrado colonizar incontables planetas en la galaxia.

En medio de la batalla, un ciudadano de clase baja de Taraak, intentando probar su valor, trata de robar una exoarmadura de combate conocida como Vanguard, sin embargo, las fuerzas masculinas son superadas y tienen que tocar retirada, abandonando a Hibiki, Duelo y Bart en una nave prototipo, a la que, además, le lanzan varios misiles para destruirla y evitar que caiga en manos de las mujeres.

Aprovechando la batalla, las piratas del Nirvana intentan robar todo lo que pueden de la nave abandonada, la cual cuenta con un avanzado sistema de control que, al detectar el ataque, abre un «agujero de gusano» y se transporta, junto con los tres hombres y la nave pirata, a un lejano lugar del universo.

Meia

Meia Gisborn

A bordo de una nave enemiga, rodeados de «horribles alienígenas» llenas de curvas y de suaves protuberancias por todos lados, los tres hombres pasan un infierno, hasta que, con el tiempo, logran ganarse la confianza de las piratas y comienzan a integrarse a la tripulación.

El proceso de adaptación de ambas partes se ve acelerado cuando el Nirvana es atacado por una enorme nave de origen desconocido (que más tarde descubren que fue enviada por los Terrans o terrícolas); durante el ataque, descubren que debido al viaje por el agujero de gusano, el Vanguard de Hibiki ganó la capacidad de fusionarse con tres de las naves femeninas, conocidas como Dreads, creando máquinas muchísimo más poderosas y capaces de combatir con la avanzada tecnología del enemigo al tú por tú.

Los Dreads en cuestión son tripulados por las hermosas Dita, una jovencita alegre y extrovertida que poco a poco se enamora de Hibiki; Meia, líder de escuadrón de los Dreads, silenciosa y desconfiada, quien, sin embargo, llega a ver a Hibiki como un hermano, y Jura, una voluptuosa rubia quien acosa sin cesar al diminuto protagonista masculino en busca de fusionar sus máquinas (muy literalmente) para crear una versión más poderosa.

Jura

Jura Basil Elden

Seguro te preguntarás, curioso lector, donde en todo este enredo se encuentra el lado oscuro de estas sirenas asesinas, bueno… si el simple hecho de ser piratas espaciales que odian a los hombres no basta para convencerte, quizá lo haga el hecho de que el protagonista masculino, léase Hibiki, se ve «forzado» a «fusionarse» con tres hermosas hembras (o sus máquinas) para sobrevivir.

Pero no creas que la cosa para ahí, para fusionarse, las máquinas tienen que encontrarse en pleno funcionamiento y al hacerlo, la cabina de dos de ellas, la de Dita y la de Meia, resulta demasiado pequeña para que la ocupen dos personas, por lo cual las chicas y Hibiki quedan exageradamente, juntos, de hecho, ambas quedan sentadas a horcajadas sobre él.

Sin embargo, debido a que los géneros nunca han convivido uno con el otro, ni las chicas ni el hombrecillo entienden las curiosas y muy placenteras sensaciones que los invaden al quedar tan cerca, con sólo los apretados y delgados uniformes de las jóvenes y las holgadas ropas de Hibiki interponiéndose en el camino, de hecho, cuando se separan, al final de cada batalla, los dos pilotos (ya sea Dita y Hibiki o Meia y Hibiki) quedan exahustos, pero satisfechos, más alla de su comprensión.

Además está la velada y distante insinuación de que las mujeres de Mejere tienen que relacionarse emocional y sexualmente entre ellas debido a la ausencia de los hombres (y lo mismo se aplicaría a la población de Tarak, pero, aquí, eso no nos importa).

Pero si todas estas facetas oscuras todavía no fueran suficientes, la indiscutible belleza de las tres protagonistas, y de la mayor parte de la tripulación del Nirvana, es motivo suficiente para otorgarles un lugar en la galería de Sirenas Asesinas.

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PD: Para no dejarte con la duda, inquisitivo lector, aquí va el resto de la trama:

La enorme nave desconocida que el Nirvana encuentra mientras intenta volver a casa es una de varias «Cosechadoras», que recorren los diferentes planetas colonizados por los humanos para, como su nombre lo dice, cosecharlos.

Dadas las diferentes condiciones de los mundos ahora habitados por la humanidad, cada «raza» tiene distintos atributos, algunos tienen ojos perfectos, otros piel perfecta, otros tienen músculos ideales, los cuales son utilizados como partes de repuesto por los terrans, cuyos cuerpos se vieron seriamente afectados por la contaminación que destruyó la superficie de la Tierra y por el hecho de que ahora tienen que vivir en ciudades en órbita alrededor del planeta.

Cuando se topan con la enorme y casi indestructible nave terran, la tripulación del Nirvana descubre que otra de aquellas enormes Cosechadoras se dirige hacia Mejere y Taraak (quizá en busca de los órganos reproductores que nunca han sido realmente «usados»), de modo que deciden hacer hasta lo imposible para regresar y advertirles a sus mundos del inminente ataque, pero…